«Dedicado a fortificar y animar al Cuerpo de Cristo.»

¿Por Qué No Hay Ningún Avivamiento?

Por Al Whittinghill

    Ciertamente todas las personas honradas en la Iglesia del Señor Jesús hoy debe tener un conocimiento interno profundo de que «algo está mal»! ¿No es verdad que hay un sentido ominoso de peligro cuando uno considera las características bíblicas de la iglesia del Nuevo Testamento y después las compara con el estado de la Iglesia en nuestros días? ¡Las contradicciones abundan! Podemos intentar cubrir esta inquietud de muchas maneras – el humor, el entretenimiento, las muchas tareas, manteniendo una actitud positiva, distrayéndose por adquirir «los dijes del tiempo,» los nuevos programas del edificio, y la creación de las organizaciones religiosas «exitosas» – pero los síntomas del disgusto Divino saturan nuestra nación en todos los niveles. Parece que hay «un rumor del Señor» que está permitiendo que Su pueblo que informa en el sentido de que habrá problemas inminentes si no hay un cambio serio en las actitudes de nuestros corazones. Dios está buscando conseguir la atención de la nación, empezando con Su Iglesia.

    ¿No lo escucharemos antes de que sea para siempre demasiado tarde? ¡Simplemente piense en como sería la Iglesia del Señor Jesucristo en nuestros días si Dios cumpliera toda Su voluntad! ¡Nadie quiere el avivamiento en la Iglesia más del que murió para comprarla y hacerla Su propia Novia, preciosa y santa!

    ¿Cuáles son algunas de las actitudes y pensamientos que impiden al pueblo de Dios para experimentar el avivamiento que proviene del cielo? Cuando consideramos algunas de estas cosas, hagamos primero una pausa y oremos que nuestros corazones se humillen y que seamos capaces para discernir lo que el Espíritu de Dios está diciéndonos (por favor lea Salmo 80:3-7 y Salmo 85:4-9).

¿Por qué no hay ningún avivamiento?

    1. Una actitud de prioridades equivocadas: Hasta que tengamos una mente renovada no tenemos ningún sentido real de lo que es muy importante. Apocalipsis 2:4-5 aclara que el Señor desea que la intimidad amorosa con ÉL sea el centro de todo. La mayoría de las personas están tan gastadas por su trabajo que ellos no tienen nada que queda para Jesús. Alguien dijo una vez, «La mayoría de los americanos rinden culto a su trabajo, trabajan en sus juegos, y juegan en su servicio.» Algunos que no pueden soportar un servicio de adoración largo se sienten defraudados si el partido de deportes es corto. Seguimos tratando de ubicar a Dios en nuestro programa mundano, cuando Él está esperando por nosotros para estar dispuestos para entrar en Su programa Celestial. ¿Por qué está usted en la tierra hoy? ¿Qué diremos al final de la vida cuándo dejemos el dinero y todo detrás y enfrentemos la eternidad? (Mateo 6:33).

    2. Una actitud de complacencia: La complacencia es nuestro estado cuando estamos satisfechos con nosotros mismos y tenemos un acercamiento casual hacia Dios. La iglesia de Laodicea en Apocalipsis 3:15-17 muestra la actitud de los que quedan satisfechos de vivir una vida tibia y quedan ciegos de su verdadera condición. «¿Por qué necesitamos el avivamiento? ¡Después de todo, Dios está bendiciéndonos!» El avivamiento sólo vendrá a una iglesia desesperada, no a una que está contenta. Dios es en la vida el galardonador de los que «diligentemente lo buscan,» no meramente del casual investigador (Heb. 11:6). Quizás la razón de tan poca hambre y sed por las cosas genuinas de Dios en nuestros días es porque nos llenamos de las cosas de este mundo. Mi viejo amigo Leonardo Ravenhill decía: «La única razón que no vemos el verdadero avivamiento es que estamos satisfechos de vivir sin él.»

    3. Una actitud de resignación: Algunos cristianos dicen: «Si Dios quiere enviar el avivamiento, lo hará.» ¡Esto niega nuestra responsabilidad como una Iglesia para buscar Su rostro! Otros podrían decir: «Ya tenemos el avivamiento – sólo reclámalo.» Este enfoque de auto-engaño casi no necesita ningún comentario. Una vez más cito al hermano Ravenhill: «La Iglesia es tan sub-normal, si llegáramos a ser normales él nos asombraría.» He oído a las personas bien-intencionadas que dicen: «No hay nada que nosotros podamos hacer; depende de Dios enviar el avivamiento.»

    ¡Si no hay ningún avivamiento en la Iglesia podemos estar bien seguros que la falta está de nuestra parte y no de Dios! ¡En realidad, un cristiano es más culpable por no vivir en un avivamiento que un hombre perdido que ha de ser culpable porque todavía está perdido! Debemos avivar el don de Dios y debemos esforzarnos para entrar en Su deseo para la Iglesia. Esto debe empezar con que cada individuo tome responsabilidad ante Dios para serle agradable a Dios, y «un cauce de avivamiento.»

    4. Una actitud de prejuicio, o nociones mal interpretadas sobre el avivamiento: Decimos que estamos «abiertos a Dios,» pero realmente queremos decir con tal de que Él obre dentro de nuestras expectativas o condiciones o términos preconcebidos. Debe ser «tradicional, respetable y racional» sin el despliegue de las emociones fuera de control. (Este incluso podría ser el mismo que va a un partido de pelota y se pinta él y grita por su equipo.) ¡Nosotros queremos el orden! Lo misterioso, irracional, o el sobrenatural siempre ha tenido la tendencia de poner nerviosa a la mente carnal. Piense: «Señor, avívanos, pero hazlo hasta aquí, y nada más – y hazlo de esta manera y con estas personas. Gracias. Te alabamos.»

    A menudo creemos a Dios hasta el punto de la incomodidad o la molestia o que nos cueste algo que estimamos, y después retiramos. Demasiados lo tratan como «una ayuda sobrenatural a una vida feliz,» y nosotros lo queremos con tal de que Él no cambie lo que nos gusta. Pero cualquier persona que no está abierto al cambio no está abierto al avivamiento. No puede haber ningún avivamiento hasta que estemos dispuestos a cambiar. El Salmo 110 dice: «Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder.» ¿Estoy dispuesto a abandonar mis propias ideas? ¿Estoy dispuesto a abandonar mi cómoda tradición, porque está muerta? Por favor vea Marcos 7:9 si está atado a la tradición. Oh, que haya adoración a Él, en Espíritu y en Verdad.

    5. Una actitud de «amar la verdad cómoda»: La Biblia nos advierte que en los últimos días los hombres tendrán comezón de oír (2 Timoteo 4:3). Ellos no quieren que los predicadores los arañen. Ellos dicen: «Predíquenos sobre el amor, no la abnegación y el sufrimiento.» «No queremos ofender a nadie.» «Usted está haciendo que las personas se sientan culpables; las personas no regresarán, y nosotros no creceremos.» «Usted ahuyentará a las personas si sigue predicando contra el pecado.»

    Pero amigos, el pecado es EL ÚNICO gran estorbo para el poderoso derramamiento del Espíritu de Dios. ¡Es mucho mejor ahuyentar a los hombres por la predicación fie que ahuyentar al Espíritu Santo por la predicación infiel! ¡Es tiempo de sonar la diana y no cantar arrullos! Los que tienen la actitud de «déjanos dormir» nunca apreciarán al predicador que toca la trompeta en su oído. Uno podría decir: «Hermano, no exponga los pecados de la Iglesia al mundo.» Bien, no se preocupen; ¡ellos los descubrieron hace mucho tiempo! ¡Dado el estado de la Iglesia hoy, no hay una manera cómoda de lograr acceder al lugar de bendición del avivamiento genuino! Puede ser muy doloroso para nosotros. Nuestra actitud debe llegar a ser que más bien ESTEMOS correctos y no meramente que nos SINTAMOS en lo correcto. La luz es la única respuesta para la oscuridad.

    6. Una actitud de «el amor a la reputación»: Esto realmente es «el temor del hombre» u orgullo (vea Juan 12:42-43 para verlo mejor). Tenemos un gran miedo de «perder nuestra dignidad» (pensamos erróneamente que tenemos un poco de dignidad), o que otros piensen que nosotros no «lo sabemos todo.» Ésta es la esencia del corazón de un hipócrita. «¿Qué pensarán las personas si me humillo y me rindo totalmente a Dios?» Bien, qué pensará Dios si usted no lo hace? «Pobre hombre, yo le vi llorar por los pecados en la iglesia.» ¡Debemos tener lástima de la persona que nunca ha llorado sobre la revelación de sus pecados como Dios los revela! Creo que incluso puede haber una razón para cuestionar la salvación de la persona que nunca ha llorado sobre sus pecados en la presencia de un Dios santo. Somos llamados a ser santos, diferentes y apartados del mundo. Si las personas se sienten a gusto con nosotros entonces existe una razón para pensar que ha cesado «la ofensa de la cruz» (Gálatas 5:11; 2 Timoteo 3:12).

    Lo único que es importante es: «¿Qué piensa Dios?» Debemos quitarnos las máscaras de la iglesia y ser honestos con Dios y reales los unos con los otros. Debemos llegar al lugar donde podemos decir honestamente: «No tengo miedo de la santidad. No voy a temer de seguir a Dios todo el camino – cueste lo que me cueste.»

    7. Una actitud de ignorancia de la Palabra de Dios: El Salmo 11:3 asevera: «Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?» Oseas nos dice que el pueblo de Dios es destruido debido a una falta de conocimiento de Dios (4:6). Jesús le dijo a los Fariseos en Marcos 12:24, «¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?» Todo a lo largo de la Biblia y de la historia, el avivamiento sólo ha venido como el pueblo de Dios empieza a tomar Su Palabra y Sus promesas en serio. ¡Escudriñe las Escrituras y deje que las Escrituras lo escudriñen a usted! Hace cincuenta años el hombre promedio sin Cristo en Norte América sabía más de la Palabra de Dios que el promedio de los que son salvos hoy día. Estamos demasiado acostumbrados a comer la verdad «de segunda mano.» Para el bebé, la leche es simplemente comida que otra persona ha digerido.

    Vivimos en un día de oscuridad y de luz artificial. Las sectas florecen, y la Iglesia languidece en gran medida porque no conocemos la Palabra de Dios. ¡Ya es tiempo que la Iglesia vuelva a la Biblia! La única esperanza que el mundo tiene es que la Iglesia se vea nuevamente en el espejo de Dios y sea provocada para que se vista de sus estimentas hermosas en contestación a SU revelación. El mundo debe oír una declaración ungida: «Así dice el Señor» de una Iglesia obediente.

    8. Una actitud de división: Las facciones en el cuerpo son una prueba de la carnalidad. Esto aflige y apaga el Espíritu Santo grandemente. La «discordia» es lo contrario del «común acuerdo» de que leemos en el libro de los Hechos que hizo transformar a la iglesia en un vaso de Dios tan poderoso. ¡El espíritu no perdonador escondido en la iglesia es como una bala que permanece en el cuerpo! ¿Estamos más involucrados en nuestras opiniones e intereses que en el honor de Dios? La Biblia dice que «Ciertamente la soberbia concebirá contienda.» (Proverbios 13:10). Las divisiones se irán cuando nos humillemos hasta la tierra al nivel de la cruz. Una de las contraseñas del gran avivamiento de Gales era: «Haga volver a la Iglesia y salve al mundo.» Tan a menudo un gran movimiento de Dios se ha abierto camino hacia adelante cuando los creyentes orgullosos y divididos han obedecido a las Escrituras y humildemente han buscado el perdón entre sí. ¿Nosotros lo haremos?

    9. Una actitud de compromiso: Proverbios 14:14 dice: «De sus caminos será hastiado el necio de corazón.» Poner algo en tela de juicio nunca sucede por causa de la ignorancia. Es un pecado contra la luz. Es un «regreso» a algo que Dios nos ha mostrado a «nuestros propios caminos.» Él susurró, fuimos conmovidos, y sin embargo nos olvidamos, ignoramos, suprimimos, o desobedecimos la verdad. ¡Podemos racionalizar nuestra falta de voluntad de obedecer a Dios de muchas maneras, pero ninguna de ellas es válida! ¿Estamos dispuestos a sufrir por causa de la justicia? El diablo quiere educirnos en mil cosas que nos embotarán con respecto a la verdad y hará que lleguemos a ser pasivos o nos aburramos o nos distraigamos de las cosas profundas de Dios.

    Vivimos en un período cuando el mundo se ha vuelto «eclesiástico» y la Iglesia se ha vuelto mundana. A veces es duro decir quién es quién. ¿Está usted de acuerdo? Pero el Señor conoce a los que son Suyos, incluso a los que han sido forzados dentro del molde del mundo. Él tendrá la misericordia en el que responde totalmente a Su llamada. Es tiempo para evadirse del molde del mundo y ser conformado a SU imagen. No debemos esquivar los problemas reales que el Espíritu Santo trae a nuestros corazones. ¡El Calvario siempre debe preceder al Pentecostés! Niegúese a tolerar las áreas en su corazón que usted se encuentra excusando a Dios o a otros.

    10. Una actitud de falta de Oración: El avivamiento real siempre se transporta a la tierra en las alas de las desesperadas oraciones llenas de fe y confianza de las personas de Dios. Dios no hará aparte de la oración lo que Él ha prometido hacer en la respuesta a la oración. Él esperará hasta que nosotros vengamos a Él con corazones humildes, arrepentidos y llenos de fe y confianza. Los más grandes movimientos de Dios siempre siguen la oración. Podemos probar todo conocido para hacer las cosas mejores, o cuidar de nuestras dificultades, pero nada trabajará. Sin el latido del corazón de la oración el cuerpo de Cristo se parecerá un cadáver. La Iglesia está muriendo sobre sus pies porque no se está mantenido sobre rodillas. Es tiempo de buscar Su rostro individual y colectivamente. Volvámos al Señor con todo nuestro ser y comprendamos que Dios anhela enviar el avivamiento a Su pueblo aun más que nosotros exigimos querer el avivamiento.

    Dios es fiel a Su Palabra. Nadie quiere una Iglesia avivada más que Él. Si quitaremos los estorbos a la verdadera comunión con Él y le buscaremos a Él como Él anhela ser buscado y encontrado, entonces Él ciertamente derramará sobre nosotros Su Glorioso Espíritu Animador que nos da vida a nosotros.

    ¿Por qué no hay ningún avivamiento? Sólo es porque Su Iglesia ha estado satisfecha de intentar a vivir sin él. «Vuélvasenos, O Dios, de nuevo y causa Tu rostros brillar, y nosotros nos salvaremos» (Salmo 80:3).

    – Usado con el permiso de Al Whittinghill.

    El Rev. Al Whittinghill ministra sobre avivamiento y las conferencias de la vida más profunda en el mundo con Embajadores para Cristo.