«Dedicado a fortificar y animar al Cuerpo de Cristo.»

La Importancia De La Oración Que Prevalece

Por Wesley L. Duewel

El papel que desempeña la oración que prevalece

    La intención de Dios consiste en que su oración consiga respuestas divinas. La oración no es sólo la distracción divina que lo mantiene libre de la soledad. Dios se deleita en tener communicación con usted. El siempre se acerca cuando usted ora. Además, la oración que prevalece es uno de los ministerios más importantes en los planes que Dios tiene para su reino.

    La oración que prevalece no es simplemente un ejercicio espiritual para ayudarle a usted a crecer en la gracia. Claro que no hay nada que sea de mayor beneficio para crecer en la gracia que el crecimiento en la vida de oración. Mientras más prevalezca usted, más aprenderá los secretos de la gracia de Dios y los poderes de su reino. Mientras más interceda usted, más íntimo será su andar con Cristo y más fuerte se hará mediante el poder del Espíritu.

    La oración que prevalece es el medio determinado por Dios para extender su reino, para derrotar a Satanás y su imperio de tinieblas y maldad, y para cumplir el plan eterno de Dios y poner por obra su buena voluntad sobre la tierra. Se trata del medio escogido por Dios para cubrir toda la tierra con sus bendiciones. La oración que prevalece es la principal estrategia divina para nuestra era y para nuestra dispensación. La historia de la iglesia jamás podrá completarse hasta que Cristo, en la eternidad, revele la secreta y poderosa participación de todo su pueblo en la oración. ¡Qué gozo habrá de producirle esa revelación a los compañeros de Cristo en la oración!

    Dios el Hijo está sentado a la diestra del Padre en su eterno trono, y en la actualidad está reinando soberanamente y extendiendo su reino. Cristo no reina primordialmente para juzgar, demostrar su poder divino, para pronunciar edictos soberanos, o para emitir decretos autoritarios. Su especial vocación divina y su papel estratégico hoy es el de interceder por nosotros (Hebreos 7:25).

    El Espíritu Santo es parte tan indispensable del plan divino para esta época que El incesantemente se une a Dios el Hijo, en su santa intercesión. El también tiene a su cargo la tarea de involucrarlo y de capacitarlo a usted para que sea un compañero en la tarea divina de la intercesión. El anhela que usted se sobreponga a su debilidad y que en Dios se haga poderoso para la oración. El tiene tal interés en que usted se haga efectivo como compañero intercesor de Cristo, que hace intercesión por usted con gemidos demasiado profundos para ser expresados en términos humanos (Romanos 8:26). Usted no lo oye, mas él gime incesantemente por usted y con usted.

    La oración que prevalece es el ministerio más divino que usted jamás tendrá. No hay nada que podamos hacer que nos haga asemejarnos más a Cristo ni nada en que podamos cooperar más con El. Ningún tipo de servicio cristiano está tan al alcance de todos ni tan alto en las prioridades de Cristo, como la oración prevaleciente. Constituye el deseo de Cristo, su llamado y su mandato. ¡Señor, enséñanos a orar!

Los objetivos de la oración que prevalece

    La oración que prevalece puede ser intensamente personal. Usted tiene todo el derecho de prevalecer en favor de sus deseos y necesidades personales. Sin embargo, no cabe duda de que el plan de Dios consiste en que la mayor parte de sus oraciones sean en nombre de otros y para la extensión de su reino. No obstante, El espera y agradece sus oraciones en favor de sus necesidades personales y familiares y por situaciones que tengan que ver con usted personalmente. La Escritura hable muy claro en cuanto a este asunto.

    El ciego Bartimeo prevaleció en la oración para la restauración de su vista (Marcos 10:46-52). La mujer avergonzada y azotada durante doce años por una hemorragia, prevaleció en su fe para su sanidad (Lucas 8:43). La mujer sirofenicia prevaleció en sus ruegos y como resultado Jesús echó fuera el demonio que tenía su hija (Marcos 7:26). Jacob prevaleció con Dios por la protección de su familia (Génesis 32:9-13, 22-30).

    Por lo general, usted prevalece en oración en favor de los demás. Abraham prevaleció por Lot (Génesis 18:22-23). Moisés prevaleció por la victoria de Israel sobre Amalec (Exodo 17:8-15). Elías prevaleció cuando pidió que descendiera fuego del cielo con el fin de que Israel fuera librado de reincidir en sus errores (1 Reyes 18). Isaías y Ezequías prevalecieron por la liberación de Israel de Senaquerib (2 Crónicas 32:20). Epafras prevaleció en favor de la iglesia en Colosas (Colosenses 4:12-13).

    Es menester que prevalezcamos en oración ante situaciones en las que se está contrariando la voluntad de Dios y Satanás está demorando y obstruyendo la causa de Cristo. Debemos prevalecer por las vidas que están tan atrapadas y cegadas por el pecado, que no les es posible o no quieren orar por ellos mismos. Debemos prevalecer porque haya un avivamiento en la iglesia, por su crecimiento espiritual y numérico y por el adelanto del evangelio a nivel mundial.

    Existen necesidades físicas, económicas y espirituales por las que hace falta que prevalezcamos en oración. Satanás está destruyendo hogares y vidas, y las iglesias necesitan las respuestas especiales de Dios. Es necesario que prevalezcamos por los ministerios de la iglesia y por las organizaciones cristianas. Es necesario que prevalezcamos por las necesidades morales y espirituales de nuestra nación.

    La esfera de acción de la oración que prevalece es tan amplia como la iglesia de Cristo y tan extensa como el mundo de Dios. No existe nada dentro de la voluntad de Dios que esté fuera del alcance de la oración que prevalece. La oración que prevalece es la intensificación de la intercesión – es intercesión hasta que se reciba la respuesta.

La duración de la oración que prevalece

    Hay momentos maravillosos en que la oración prevalece en un instante. La oración que hizo Moisés para que sanara la lepra de María fue muy corta. "Oh Dios, sánala ahora, te ruego" (Números 12:13). Mas Moisés había estado caminando cerca de Dios en una relación que lo mantenía cara a cara con él. A él no le hizo falta preparar su corazón para obtener el favor de Dios y hacer que El le escuchara. Esta situación, comparada con otras, fue de relativa sencillez, puesto que las voluntades y las actitudes de otras personas no entraron en juego y Aarón y María ya estaban arrepentidos. Así que Moisés recibió de Dios una respuesta casi instantánea.

    La oración que hizo Elías sobre el monte Carmelo fue breve en extremo: no le tomó ni medio minuto pronunciarla. "Entonces cayó el fuego del Señor" (1 Reyes 18:38). Casi seguro que Elías no había ni siquiera llegado al amén de su oración. Estoy seguro de que él se hubiera tomado más tiempo orando si Dios no le hubiera contestado con tanta prontitud. Pero qué respuesta tan dramática y tan transformadora de una nación, resultó ser aquella: "¡El Señor, El es Dios; El Señor, El es Dios!" (v.39).

    Mas recordemos que Elías había estado orando durante tres años, mientras estuvo escondido de Acab y Jezabel. Había llevado constantemente una carga de oración intercesora y no había tenido ningún otro ministerio público. El le había anunciado a Acab tres años atrás que él mismo estaba en la presencia real de Dios actuando como uno de sus presentes ministros de estado (1 Reyes 17:1). Que no nos quepa la menor duda de que Elías estaba intercediendo día y noche.

    A veces lo que parece ser una contestación sencilla e instantánea a la oración, no es otra cosa que el clímax supremo de haber pasado días, meses o hasta años en fiel intercesión. ¿Cuándo prevaleció Elías? ¿Sobre el monte Carmelo, en el arroyo de Querit, mientras los cuervos le daban de comer, o en Sarepta, mientras moraba con la viuda y el hijo de ésta? La respuesta es que todo formó parte de su oración prevaleciente. La contestación demostró que Elías había prevalecido en la oración. Y mientras que él prevalecía en la oración, Dios estaba con él y abastecía sus necesidades y lo protegía. Para prevalecer en la oración hay que pagar un precio, y Elías lo pagó por lo menos durante tres años.

    Volvamos de nuevo a Elías. Después que el fuego hubo descendido del cielo, Elías se fue solo a la cima del monte Carmelo y allí se mantuvo orando para que lloviera. Oró repetidas veces en espera de una respuesta, y luego le pidió a su siervo que fuera y mirase en dirección al mar. Mas, sólo a la séptima vez, apareció la nube enviada por Dios: al principio era sólo del tamaño de la mano de un hombre (1 Reyes 18:44). Prevalecer de inmediato en una situación determinada no es garantía de que se habrá de prevalecer al momento en la próxima situación.

    A menudo el misterio es grande en cuanto al lapso de tiempo necesario para la oración que prevalece. El secreto de la oración que prevalece consiste sencillamente en orar hasta que llegue la respuesta. El espacio de tiempo es, finalmente, indiferente. Lo que cuenta es la respuesta de Dios. El espacio de tiempo necesario puede resultar a menudo desconcertante y puede llegar a ser una prueba de su fe. Este asunto habremos de estudiarlo más tarde con mayor detenimiento.

    La oración que prevalece puede que sea necesaria repetidas veces en algunos casos, antes de que finalmente se obtenga la voluntad de Dios. De manera que, cuando Josué luchaba contra Amalec, había victoria, mientras Moisés intercedía con las manos en alto "ante el trono del Señor". Mas cuando Moisés bajaba sus manos, Josué comenzaba a perder la batalla. Mediante la ayuda de Aarón y Hur las manos de Moisés permanecieron en alto de continuo hasta la puesta del sol, y así hubo victoria rotunda. (Exodo 17:11-16).

    De igual manera, Epafras prevaleció en oración día tras día por la iglesia en Colosas (Colosenses 4:12-13). Pablo también prevaleció continuamente por los judíos, a pesar de haber sido principalmente apóstol de los gentiles (Romanos 9:1-3).

Niveles de la oración que prevalece

    Para poder prevalecer, el intercesor debe a menudo aumentar la intensidad de su oración, procediendo de un nivel al otro. Yo sugiero que se sigan siete niveles. Los tres primeros los enumera Jesús en su Sermón del Monte (Mateo 7:7). A éstos quiero añadir otros cuatro que he sacado de las Escrituras.

    • Nivel 1: Pedid – Mateo 7:7
    • Nivel 2: Buscad – La petición se hace más larga y más intensa.
    • Nivel 3: Llamad – La intercesión se hace aun más apremiante e insistente.
    • Nivel 4: Ayunar – Al aumento anterior de intensidad y apremio en la intercesión, se le suma el ayuno.
    • Nivel 5: Carga de oración – La carga puede ser intensa y breve o quizás prolongada durante un período más largo.
    • Nivel 6: Lucha en la oración – Oración muy intensa.
    • Nivel 7: Guerra en la oración – Batalla en la oración, a lo largo de un período prolongado.

    Tal vez a estos miveles debemos darles el nombre de siete aspectos o formas de la formas de la oración que prevalece. En lugar de darnos por vencidos, procedemos a interceder con mayor determinación, hasta haber prevalecido. Estos niveles de intensidad en la oración no están totalmente separados entre sí. Mientras se prevalece en la oración puede ser que un nivel se fusione con el otro, casi sin que el intercesor se dé cuenta de lo que ha ocurrido.

    Una carga especial dada por el Espíirtu Santo no se puede llevar durante un largo período de tiempo en su forma más intensa. Resulta demasiado agotadora en el aspecto físico. De igual manera, la carga en la oración en su forma más intensa, se puede llegar a convertir casi en lo mismo que luchar en la oración.

    La guerra en la oración puede ser que abarque todos los niveles anteriores. En efesto, la guerra en la oración se efectúa comúnmente durante un extenso período de tiempo y puede ser que incluya el alternar entre un nivel y el otro, según indique el Espíritu.

    Lo que importa no es ponerse a analizar la oración con el fin de determinar en qué nivel de intercesión uno se encuentra en un momento determinado. En lugar de esto, debe estar consciente de que el Espíritu puede dirigirlo hacia uno o hacia todos los niveles, según él quiera. Hay que estar disponible y listos para orar, a medida que él quiera. Hay que estar disponible y listos para orar, a medida que él dirige y capacita. En la santa asociación, en la interseción que hay con Cristo y el Espíritu Santo, el guerrero en la oración busca interceder constantemente según la mente del Espíritu. Toda esta plática se hará cada vez más clara y dr mayor bendición espiritual, a medida que usted progesa en la escuela de oración de Cristo.

    Siempre recuerde que usted no merece que sus oraciones sean contestadas. La respuesta de Dios no se gana por algo que usted pueda hacer. Usted no recibe respuestas como resultado del esfuerzo físico, por orar en voz alta, o por provocar algún tipo de experiencia personal. Es más, la oración más intensa de todas puede ser en ocasiones la más silenciosa. Por otra parte, cuando su corazón clama a Dios puede ser que usted tenga, al igual que Jesús, momentos de "gran clamor y lágrimas" (Hebreos 5:7). A lo largo de los siglos, muchos de los guerreros de Dios en la oración han tenido momentos intensos en la oración como éste.

    La oración prevaleciente que se intensifica constituye la ley y el método determinados por Dios para poner en funcionamiento se plan redentor, hasta que Jesús regrese. Constituye el esfuerzo más elevado, más santo y más poderoso que un hijo de Dios sea capaz de realizar. Es el medio elegido por Dios para poner en acción, en la tierra, su poder, los recursos celestiales y a los ángeles del cielo. Spurgeon dijo: "Aquel que sabe vencer con Dios en la oración, tiene el cielo y la tierra a su disposición." La oración que se intensifica está revestida del poder de Dios mismo.

Niveles de unión en la oración

    Estar unidos en la oración es a menudo esencial para obtener respuestas a la oración. Dios siempre honra la unidad en la oración. Cuando varias personas oran por la misma necesidad, puede ser que Dios escoja a uno de los miembros del grupo con el fin de que tal persona lleve una carga especial de oración o que ponga en práctica una fe especial. Esto puede fortalecer a todo el grupo en la oración.

    A continuación señalo cinco niveles de la unión en la oración:

    • Nivel 1: Compañeros en la oración
    • Nivel 2: Grupos de oración
    • Nivel 3: Grupos simultáneos de oración
    • Nivel 4: Llamado a la oración hecho por líderes responsables e influyentes a muchas personas y a muchos grupos
    • Nivel 5: Movimientos extendidos de oración.

    Durante los movimientos extendidos de oración puede ser que estén presentes los cinco niveles simultáneamente guiados y motivados por el Espíritu Santo.

    – Tomado del libro LA ORACION PODEROSA QUE PREVALECE por Wesley Duewel. © 1990. Usado con permiso del Duewel Literature Trust, Inc. Los libros de Dr. Duewel se pueden comprar de Duewel Literature Trust, Inc., 740A Kilbourne Drive, Greenwood, IN 46142-1843.