La Pieza Perdida
Por Jim Cymbala
El mensaje siguiente fue dado en la Conferencia Clamor del Corazón por un Avivamiento en abril de 2004 en The Cove, Asheville, Carolina del Norte, EE.UU.
Por favor, leamos en 2 Corintios 3:1-6. Éste es Pablo escribiendo una epístola apostólica de defensa a la iglesia en Corinto. Pablo escribe:
«¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres. Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. Esta confianza la tenemos mediante Cristo para con Dios. No que estemos capacitados para hacer algo por nosotros mismos; al contrario, nuestra capacidad proviene de Dios, el cual asimismo nos capacitó para ser ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.»
Después sigue el pasaje increíble donde Pablo llama lo que Moisés recibió escrito en una piedra por el Dios Mismo, el ministerio de muerte que vino con gloria. Pero cuánta mayor gloria mayor es el ministerio del Espíritu, el nuevo pacto (vv. 7-11). Lo que Dios le dio a Moisés en Sinaí, aquello que las personas juraron que harían – Pablo llama el ministerio de muerte. Pablo dice que Dios «nos capacitó para ser ministros de un nuevo pacto,» no de la letra que mata sino del Espíritu que da vida.
Vayamos ahora a 1 Tesalonicenses. Los comentaristas no están seguros cuánto tiempo Pablo estaba en Tesalónica. Algunos aventuran a decir que se quedó tan poco tiempo como tres semanas. Algunos dicen aproximadamente seis meses, pero no puede ser mucho más que eso. Es asombroso lo que Dios hizo sin el Nuevo Testamento escrito, ningún sistema legítimo, ningún edificio como iglesia. Leamos 1 Tesalonicenses 1:4 y siguientes:
«Sabemos, hermanos amados de Dios, que Él os ha elegido, pues nuestro Evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre. Bien sabéis cómo nos portamos entre vosotros por amor de vosotros. Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo. De esta manera habéis sido ejemplo a todos los creyentes de Macedonia y de Acaya, porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor; y no solo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada. Ellos mismos cuentan de nosotros cómo nos recibisteis y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.»
Miremos luego en 1 Tesalonicenses 2:6 y siguientes: «Tampoco buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Antes bien, nos portamos con ternura entre vosotros, como cuida una madre con amor a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no solo el Evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy queridos. Os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo, trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el Evangelio de Dios.»
En el Nuevo Testamento casi no hay referencia alguna al avivamiento. Usted tiene que interpretar y analizar para ver cómo el avivamiento se encaja. Las palabras «avivar,» «avivamiento» y los conceptos se encuentran más frecuentemente en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, «O Señor, aviva Tu obra en medio de los tiempos» (Hab. 3:2).
Había hombres y mujeres que se encontraron con Dios y que fueron usados por Dios en el Antiguo Testamento, pero lo que vemos allí eran más reformas y un retorno a la adoración. Pero la adoración a veces era: «Con su boca y con sus labios Me honra, pero su corazón está lejos de Mí» (Is. 29:13). Eso tendría que ser así porque a la ley le faltaba el poder para transformar los corazones. Dios dijo que en un día venidero Él hará «un nuevo pacto» (Heb. 8:8), «un mejor pacto» (Heb. 8:6) con Su pueblo. El Antiguo Testamento se caracteriza por Moisés y la ley. El Nuevo Testamento se caracteriza por Jesucristo y el mensaje de gracia. No vivimos en el pacto del Antiguo Testamento.
El avivamiento en el sentido del Nuevo Testamento
En el concepto del Antiguo Testamento de la reforma y el avivamiento, lo mejor que ellos podían hacer era hacer votos para una nueva obediencia, que pronto rompían. En el Nuevo Testamento no estamos bajo la dispensación de la ley. Estamos bajo la dispensación de la gracia. Vivimos en el día del Espíritu Santo. Vivimos en aquello de lo cual profetizó Joel, pero lo que en el Antiguo Testamento nunca experimentaron. Vivimos con los profetas y pastores y maestros y evangelistas. Esto era desconocido en el Antiguo Testamento. Ellos tenían reyes y el sacerdocio de Aarón y el tabernáculo y el Templo y había sacrificios diarios y animales que eran matados. Vivimos en una era mayor. ¡Vivimos en el día de Jesús y del Espíritu derramado!
En lugar de los votos de obediencia, el Nuevo Testamento se enfoca más en las vidas llenas del Espíritu produciendo fruto. Hay figuras de esto y sombras y tipos en el Antiguo Testamento, pero en el Nuevo Testamento es fruto que se produce. Junto con el énfasis de: «¿Obedecerá usted?» hay un énfasis aún mayor en «¿Abrirá su vida a Mi Espíritu para que Mi Espíritu pueda producir el fruto?» No somos nosotros sino Cristo obrando a través del Espíritu Santo.
Por eso Efesios 5:18 es tan importante. Literalmente en el tiempo presente continuo es: «Sigan estando llenos del Espíritu Santo.» ¿Por qué? Porque, como Samuel Chadwick dijo: «El cristianismo está sin esperanza sin el Espíritu Santo.» Podemos darles la ley a las personas, advertirles sobre el infierno y discipular hasta que Jesús venga, pero nada pasará a menos que haya la bendición y soplo del Espíritu Santo en lo que estamos haciendo. Sólo el Espíritu Santo puede hacernos como Jesús. Sólo el Espíritu Santo que obra dentro de mí alguna vez cambiará a esta persona intratable dentro de mí con el nombre de Jim Cymbala. Es la verdad para usted, también. El Nuevo Testamento es más acerca de estar llenos del Espíritu Santo. Eso hace entrever que no todos los cristianos están llenos del Espíritu Santo. Por otra parte, por qué habría de decir el Apóstol Pablo como un mandamiento que es muy fuerte en el idioma griego: «Sed llenos del Espíritu Santo,» o «Sigan estando llenos del Espíritu Santo,» o según la traducción de Rotherham, «Estén estando llenos del Espíritu Santo.»
¿Nuestras iglesias están llenas del Espíritu? En el libro de Apocalipsis Jesús se ve andando entre las siete lámparas de oro que son las iglesias. La iglesia es el vehículo para el mensaje y es el recipiente para la presencia de Dios, para que las personas puedan ver a Jesús a través de nosotros, oír el mensaje, ver una manifestación de Su gloria de alguna manera. Nosotros somos el Cuerpo de Cristo. Como la iglesia cambia y vive a la altura de su profesión llena del Espíritu, mientras vive en el avivamiento en el sentido del Nuevo Testamento, entonces nuestros países tienen una oportunidad para ser cambiados.
Recuerde lo que Jesús dijo: «Por sus frutos los conoceréis» (Mt. 12:33). Eso no es sólo para las personas; es para las iglesias y ministros también. El Nuevo Testamento está lleno del concepto del fruto individual y corporativo. El fruto individual que nosotros conocemos: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza – todos producidos por el Espíritu Santo. Así que no importa lo que una persona dice ser, si él o ella no están exhibiendo el fruto en alguna medida, sabemos que el Espíritu de Dios no está activo allí. Algo está mal.
No sólo es verdad para los individuos; también es verdad para una iglesia. En el primer viaje misionero de Pablo, él dejó Antioquía en Pisidia con Bernabé, y cuando él salió, en Hechos 13:52, dice: «Los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.» ¡Piense lo que eso significa! El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Deidad. ¡Ellos estaban llenos de Dios! ¿Alguna vez hemos profundizado para saber lo que significa esa frase? ¡Llenos de Dios!
¡Imagine lo que significa ser llenos del Espíritu Santo – no intentando vivir para Dios, sino llenos de Dios! No somos nosotros haciendo algo. ¿Qué podría hacer yo? ¡Ah, pero lleno de Dios – eso es diferente!
Ahora corporativamente, ¿cómo se ve eso? La Biblia nos dice que es un ministerio de llevar fruto, lleno de vida, como vimos en 1 Corintios 3. Pablo está diciendo allí algo que es semejante a esto: «Ustedes son las cartas de Cristo, las cartas que Él Mismo envió, no escritas con tinta. Ustedes no fueron programados como personas que tienen un lavado de cerebro. Ustedes han tenido el Espíritu Santo que ha escrito en sus corazones. Ustedes son la nueva creación a través de nuestro ministerio.»
Pablo no está presumiendo. Él es un hombre humilde. Pero él está desafiándonos: «A través de nuestro ministerio Dios escribió en sus corazones.» Eso es lo que yo quiero. ¿No es eso lo que usted quiere – que Dios escriba en los corazones de las personas, no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo? Dios nos ha hecho ministros competentes del Nuevo Testamento, no de la letra sino del Espíritu que da vida. Tome en cuenta 1 Tesalonicenses 1:5 – «no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre.»
Catherine Booth, alrededor de 1890 dijo: «¡Palabras ardientes! Eso es lo que yo estoy buscando. Yo viajo por todas partes, y oigo la oratoria; oigo predicaciones hábiles. Pero lo que estoy buscando es algo que quemará mi corazón como los hombres en el camino a Emaús» (Lc. 24:32). «Nuestro Evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre.» Los judíos estaban contra ellos, y el Imperio Romano también en su mayor parte. Sin embargo, Pablo fundó una iglesia en unos meses en Tesalónica, porque el Evangelio no vino sólo en palabra sino en el poder y en el Espíritu Santo, en profunda convicción, sin ninguna de las ventajas que nosotros tenemos.
Avivado de regreso a la vida llena del Espíritu
Mirando el ministerio del avivamiento vemos que la pieza perdida es el componente de la vida llena del Espíritu. Todos los ministerios han estudiado el mensaje de Pablo: «Porque no me avergüenzo del Evangelio de Jesucristo» (Rom. 1:16). Él predicaba el Evangelio. Ése es el secreto del gran modelo de un predicador, Pablo. Él predicaba la ley para traer la convicción, pero inmediatamente después él daba el bálsamo del Evangelio, porque la ley por sí sola mata. Podría traer convicción, pero deja a las personas tiradas en su miseria y debilidad. Su metodología era que él era guiado por el Espíritu Santo.
Pastores, si ustedes buscan a Dios sobre lo que Él quiere que usted predique este domingo, usted haría mejor que hablar según algún plan de predicación mecánico. Sólo Dios sabe lo que necesita su congregación. Sólo Dios sabe lo que el diablo tiene planes de desbaratar en su iglesia. Dios puede darle incluso un mensaje antes que el diablo dé su golpe. Así que haga sus planes, pero sea guiado por el Espíritu.
El elemento que falta hoy que hizo que Pablo fuera tan eficaz no era sólo su mensaje y su metodología. Era su motivo. Pablo dijo a la iglesia de los Tesalonicenses que era principalmente una iglesia gentil con algunos judíos convertidos, algo así: «Recuerden cuando estábamos con ustedes, cuánto los amamos, y como una madre, nosotros los cuidamos con ternura.» El cuadro en el idioma griego es como una mujer que lleva al bebé a su pecho y alimenta al bebé. Después Pablo sigue diciendo algo yo no he encontrado en probablemente cinco ministros en mi vida: que estaban determinados para amarlos tanto que ellos no sólo les dieron el Evangelio, sino que estaban listos para darles también sus vidas (vea 1 Tes. 2:7-8).
Pablo les recordó que ellos trabajaron día y noche y no tomaron nada de ellos, no que ellos no pudieran exigirlo como apóstoles, pero cuando usted ama a las personas, usted va camina milla extra. Yo me pregunto cómo era sentarse bajo los sermones de Pablo. Él no sólo tenía la verdad y no sólo era dirigido y ungido por el Espíritu Santo, sino que estaba profundamente enamorado del amor «ágape» del Espíritu Santo de Dios que lo impulsaba apasionadamente hacia adelante. Esto es cómo él se sentía, no sobre las personas con las que él creció, sino con el craso paganismo. El amor hizo que Jesús fuera un amigo de los pecadores. La mayoría de los ministros en la mayoría de los círculos nunca permitirían que se dijera de ellos que tenía un pecador como su amigo.
Las personas necesitan amor. Pablo dijo algo así: «Yo los cuidé tiernamente. Yo quise venir a ustedes, pero Satanás me lo impidió. En el día de Cristo, ¿cuál es mi alegría? ¿Cuál es mi corona? ¿Cuál es mi premio? ¿No son ustedes? Ahora Timoteo ha regresado y me ha dicho acerca de su fe, que es fuerte. Ahora yo realmente vivo porque ustedes están firmes en el Señor» (vea 1 Tes. 2:18 – 3:9). Él está en Corinto enfrentando todo tipo de problemas cuando escribe a los tesalonicenses. El Señor se le había aparecido para sostenerlo firme en su ministerio en Corinto, pero está diciendo que ahora él realmente vive; ahora él puede regocijarse simplemente para conocer que los tesalonicenses estaban aferrándose a Jesús. Él simplemente es como una madre.
Nos preguntamos por qué no conseguimos los resultados que Pablo consiguió. Estamos estudiando su mensaje y dando el culto de labios al Espíritu Santo, pero ¿qué hay sobre este «cordón umbilical,» esta conexión de amor que él tenía con su público que sólo Dios podía dar? Esto viene por el Espíritu Santo que produce una manera de mirar por las personas y sentir acerca de las personas a la manera de Dios. Pablo miraba a las personas y veía a las personas y sentía acerca de las personas la manera como Dios lo hacía, y eso le hará predicar, eso le hará orar con pasión. Cuando usted está enamorado de alguien y desesperado, usted conseguirá llegar a ellos.
Algunas observaciones
¡Qué ridículo es pensar que podemos predicar el Evangelio con éxito, no importa cuán buena sea nuestra doctrina, sin el Espíritu y el amor del Evangelio! Podemos pensar que es alguna cosa mecánica – sólo hable la Palabra y la Palabra sale. ¡No! Hay un cordón umbilical. El éxito tiene mucho que ver con el mensajero. Una gran definición de predicar es «la verdad que pasa por la personalidad.» Pablo no sólo estaba dándoles la verdad; estaba pasando por un corazón lleno de misericordia, compasión, amor, y llorando sobre ellos. ¿A cuánto pastor conocen que dirían?: «Yo no sólo quiero predicarles a ustedes; yo quiero morir por ustedes si lo tengo que hacer.» No borre esto como emocionalismo. Esto no es nada de emocionalismo; esto es la Biblia. Nadie tenía que decirle a Jesús que era tiempo para llorar sobre Jerusalén. Él lloró sobre Jerusalén – la ciudad que lo había rechazado. «Oh, Jerusalén, Jerusalén….» Usted no puede enseñar eso; sólo viene el Espíritu Santo que me posee en áreas en que yo necesito ser poseído. Pero no vamos a tener éxito simplemente repitiendo el Evangelio como un loro sin el Espíritu del Evangelio.
¿Usted no piensa que esto es parte de la razón por qué la reunión de oración está muerta? Es falso hablar sobre Dios que contesta la oración si nosotros no oramos. Para algunos, es simplemente la cultura de nuestra iglesia hablar sobre Dios que contesta la oración, simplemente dando un culto de labios. ¿Cuántas iglesias conocen que toman una noche principal para la reunión de oración, con los líderes presentes, y diciendo: «Vamos a invocar a Dios»? Hay un tiempo para enseñar; hay un tiempo para adorar; tiempo para el coro para cantar; tiempo para evangelizar. Pero si no oramos, ¿qué va a pasar en todas estas cosas?
¿Y cómo va a conseguir que las personas oren si no se preocupen de nadie? La oración intercesora significa que usted siente por otra persona. Yo he notado esto: apenas se puede conseguir que las personas oren para otras personas, pero si su hija se mete en problemas, si su hijo se mete en problemas, entonces se ven copiosas lágrimas. ¿Por qué? Porque ellos aman. Sin amor, usted no puede conseguir que las personas oren. Dígales que deben hacerlo; dígales que consigan las disciplinas de la vida espiritual – no sirve de nada.
Permítame ir más adelante. ¿Qué hay del escándalo de las iglesias con las puertas cerradas, iglesias cuyas puertas no están agresivamente abiertas a todos? ¿Cuántos pastores o ministros, cuando el sábado por la noche están orando con esperanzas por su mensaje y por los cultos y orando que Dios bendiga – ¿Cuántos creen ustedes que pueden orar una oración como la siguiente y puede decirlo de todo corazón? «Querido Dios, yo sé que Tú moriste por todos en mi comunidad. Yo sé que Tú sufriste, sangraste y moriste por cada ser humano que anda fuera de mi iglesia. Así Señor, mañana yo oro en el nombre de Jesús, por el poder del Espíritu Santo, llámalos – de cualquier color, sin hogar, pobres. Tráelos. Nosotros los amaremos. Nosotros seremos Tu mano extendida hacia ellos. Nosotros los alimentaremos. Nosotros los bendeciremos. Nosotros lloraremos sobre ellos. Envíalos, O Dios, en el nombre de Jesús.»
Yo hablo con ministros bien conocidos y ellos me dicen: «Si yo sigo lo que usted está diciendo, Jim, la mitad de mi iglesia se levantará y se irá.» ¿Qué tipo de iglesia tiene usted? ¿Los seres humanos por quienes Cristo murió entran y su pueblo se va a ir? Usted me dice cuánto usted les enseña de la Biblia y qué bien ellos vienen a la iglesia el domingo y cómo ellos sirven el Cuerpo. Pero ellos no aman a otros seres humanos por quienes Cristo murió. ¿Eso es cristianismo?
Esto es un gran pecado. La pornografía mata a sus miles. La falta de oración y la falta de estudio de la Biblia, el fanatismo, el emocionalismo – yo estoy en contra de todo eso. Pero Dios es amor. Los ángeles deben llorar por nuestra falta de amor. Ellos saben lo que Cristo hizo por toda la humanidad, y aquí están las iglesias cristianas que están menos integrados que el mundo.
No digamos: «es cultural.» Tenemos que entender que es una falta de amor. Hablamos sobre Dios que entra en nuestro medio. ¿Vino para qué? ¿Por qué vendría si usted no quiere a las personas allí por los cuales Él murió? Él no puede venir a cualquier lugar que rechaza a las personas por los cuales Él murió. El Espíritu Santo tendría que negar Su propia naturaleza amorosa.
Yo he sido reprendido por el Señor muchas veces porque lo que yo estoy predicando a usted, yo he tenido que aprender. Yo le contaré la historia de cómo Dios me corrigió un día. Hace algunos años, el domingo de Pascua teníamos una salida para evangelizar en el último culto, y una muchacha en el coro que Carol, mi esposa, conduce, dio su testimonio entre medio de algunas de las canciones. Ella se había salvado dejando atrás pecados groseros. Entonces yo prediqué el Evangelio. Las personas avanzaron. En ese momento estábamos teniendo tres cultos por día, con dos horas de duración cada uno.
Ese domingo de Pascua yo estaba tan cansado al final del día que yo simplemente fui al borde de la plataforma, me saqué la corbata y me senté y descansé mis pies por fuera del borde. Los obreros de oración estaban orando por las personas que yo había invitado a recibir a Cristo. Yo estaba sentado allí simplemente agotado. Afuera habían formado filas. Habíamos rechazado centenares de personas por la falta de espacio.
Mientras estaba sentado allí miré por el medio del pasillo, y allí más o menos en la tercera fila había un hombre que parecía aproximadamente de cincuenta años, desgreñado, sucio. Él levantó la vista bastante tímidamente hacia mí, como si dijera, «¿Yo podría hablar con usted?» Tenemos personas sin viviendas ni hogar que entran todo el tiempo, pidiendo dinero o cualquier cosa. Así que mientras estaba sentado allí, yo me dije, aunque estoy avergonzado de ello, «Que manera de terminar el domingo. Yo lo he pasado tan bien, predicando y ministrando, y aquí hay un tipo que probablemente quiere algún dinero para más vino.»
Él caminó hacia mí. Cuando llegó más o menos a una distancia de dos metros sentí un olor tan horrible como nunca había sentido en la vida. Era tan horrible que cuando él estaba cerca, yo inhalaba mirando hacia otro lado, y después yo hablaba con él, y luego daba vuelta la cara para volver a respirar, porque yo no podía respirar dándole la cara de frente.
Yo le pregunté: «¿Cómo se llama?»
«David.»
«¿Cuánto tiempo hace que usted está en la calle?»
«Seis años.»
«¿Cuántos años tiene?»
«Treinta y dos.» Parecía como si tuviera cincuenta – el pelo apelmazado; los dientes de adelante le estaban faltando; los ojos ligeramente vidriosos.
«¿Dónde durmió anoche, David?»
«En un camión abandonado.»
Yo tengo en mi bolsillo trasero una agarradera para billetes de dinero y también algunas tarjetas de crédito. Yo revolví para escoger uno pensando, le daré algo de dinero. Ni siquiera voy a llamar a un obrero. Ellos están todos ocupados orando con otros. Normalmente nosotros no damos dinero a las personas. Nosotros los llevamos para conseguir algo de comer. Yo saqué el dinero.
David empujó su dedo delante de mí. Él dijo, «Yo no quiero su dinero. Yo quiero a este Jesús sobre Lo cual esta muchacha estaba hablando, sobre el cual usted estaba hablando, porque yo no voy a lograrlo. Yo voy a morir en la calle.»
Yo me olvidé completamente de David, y empecé a llorar por mí. Yo iba a dar un par dólares a alguien que Dios me había enviado a mí. ¿Ve qué fácil es? Yo podría dar la excusa que estaba cansado. No hay ninguna excusa. Yo no estaba lleno del Espíritu. Yo no estaba viéndolo de la manera como Dios lo ve. Yo no estaba sintiendo lo que Dios siente. ¡Pero oh, si habrá cambiado eso!
David simplemente se quedó allí de pie. Él no sabía lo que estaba pasando. ¡Yo rogué a Dios: «¡Dios, perdóname! ¡Perdóname! Por favor perdóname. Me avergüenzo tanto de representarte de esta manera. Yo lo siento mucho. ¡Aquí yo estoy con mi mensaje y mis puntos, y Tú me envías a alguien y yo no estoy listo para él! ¡Oh, Dios!» Y Dios me bautizó de nuevo con el amor. Algo se apoderó de mí. De repente yo empecé a llorar más profundamente, y David empezó a llorar porque él podía sentir lo que estaba pasando en mí. Él se cayó sobre mi pecho mientras yo estaba sentado allí. Él se cayó contra mi camisa blanca y corbata, y yo puse mis brazos alrededor de él, y allí lloramos el uno sobre el otro. El olor de Su persona se volvió un aroma bonito. Aquí está lo que yo pensé que el Señor hizo real para mí: si usted y Carol no aman este olor, Yo no puedo usarlos, porque esto es por qué Yo les llamé adonde ustedes están. Esto es sobre lo que ustedes están haciendo. Ustedes están haciendo este olor. Es hermoso.
Cristo cambió la vida de David. Él empezó a memorizar las porciones de las Escrituras que son increíbles. Le conseguimos un lugar donde vivir. Lo contratamos en la iglesia para hacer el mantenimiento, y conseguimos para que fueran arreglados sus dientes. Él era un hombre guapo cuando salió del hospital. Ellos lo desintoxicaron en aproximadamente seis días. Él pasó el día de Acción de Gracias en mi casa. Él también pasó Navidad en mi casa. Cuando estábamos intercambiando los regalos, él sacó algo pequeño y dijo: «Esto es para usted.» Era un pequeño pañuelo blanco. Era la única cosa que él podía darse el lujo de comprar.
Un año después yo le hice dar su testimonio. En el mismo momento que él tomó el micrófono y empezó a hablar, yo dije: «El hombre es un predicador.» Esta Pascua pasada yo ayudé a ordenar a David. Él es el pastor asociado de una iglesia en New Jersey. Y yo estuve tan cerca de decirle: «Aquí, tome esto; yo soy un predicador ocupado.» Podemos estar tan llenos de nosotros mismos.
¿Quién se unirá conmigo para decir: «Yo necesito un bautismo de ese amor»? Dios nos ha puesto un ejemplo tan grande. Él es amor. Que Dios pueda cambiar la manera como predicamos y la manera como oramos. Puede que Él cambie a nuestras iglesias y a nuestro personal. Que haya quebrantamiento y ternura y amor y compasión y misericordia y paciencia y tolerancia.
– Usado con permiso. Jim Cymbala es el pastor de El Tabernáculo de Brooklyn en Brooklyn, NY.