Para Aquellos Quienes Desean Ser Guardados De La Decepción
La hora en que vivimos hoy día, está llena de peligros espirituales. La Biblia nos dice que en los postreros días harán espíritus seductores (1 Timoteo 4:1). Engañarán aun a los escogidos, si fuese posible (Marcos 13:22). Espíritus seductores encuentran entrada donde hay pecado en la vida.
Las Escrituras nos instan de "Mirad que nadie os engañe" (Mateo 24:4; Marcos 13:5; Efesios 5:6; 2 Tesalonicenses 2:3; 1 Juan 3:7). También nos advierten de que "Nadie se engañe a sí mismo" (1 Corintios 3:18; 1 Juan 1:8).
Acontece que muchas veces cuando Dios usa grandemente a un hombre, los cristianos comienzan a admirar y exaltar al individuo. Esto puede fácilmente producir el orgullo en ese líder, y "Antes del quebrantamiento es la soberbia" (Proverbios 16:18). Estos líderes orgullosos pueden caer en engaño, trayendo consigo a sus devotos seguidores.
Los líderes que tienen muchos seguidores pero que no viven rectamente, no son de Dios. Hay que vivir honradamente, y que predicar la santidad a la gente. Dios va a tener una iglesia sin mancha ni arruga (Efesios 5:27). Es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios (1 Pedro 4:17). Angosto es el camino (Mateo 7:14). Tenga cuidado de los que predican un evangelio fácil y comprometedor.
Habrá engañadores quienes comenzarán por predicar la verdad; pero después de ganar unos seguidores, ellos comenzarán a enseñar doctrinas no bíblicas. Los cristianos no seguirán al que predica errores, pero los no vigilantes fácilmente pueden ser inducidos a creer doctrinas dudosas cuando éstas se enseñan por aquel a quien tanto admiran. Ellos recuerdan las verdades que al comienzo él enseñaba, y aunque no pueden descubrir en la Biblia lo que ahora se enseña, elogiando su persona ellos aceptan las enseñanzas, sean lo que sean.
Tenemos que ser vigilantes
La vida del que predica rectitud, debe estar de acuerdo con lo que él dice. Y lo que él dice, debe conformarse completamente con las Escrituras. Cuando hay una diversidad, ¡tengamos cuidado!
Si vivimos honradamente y seguimos agarrados a la Palabra en nuestro corazón y mente, no hay de temer, porque Dios nos dará de su Espíritu para guardarnos en la verdad. Es necesario juzgar nuestra propia vida y purgarla de cualquier pecado, antes de que se nos cambie en una trampa. "Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados" (1 Corintios 11:31).
Estos son días cuando la tentación está creciendo en intensidad. Mientras Dios se mueve entre su pueblo, preparándolos para el regreso del Señor Jesucristo, Satanás intensificará sus esfuerzos de engañar a los hijos de Dios para desviarlos lejos de la santidad, a la vida que agrada a la carne.
No es necesario ser vencido por la tentación. "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:15-16).
No necesitamos ser aquellos que caen en la oscuridad. Podemos estar entre los que ganan la meta con victoria. Pero primero debemos ser determinados y resueltos. Peligros nos amenazarán por todos lados, pero Dios nos ha prometido que su gracia basta para los que lo buscan (2 Corintios 12:9).